Tras un breve apogeo minero a finales del siglo XIX, hoy Aranzazú está muy cerca de ser un pueblo fantasma debido a su abandono.
En el estado de Zacatecas, Aranzazú es un pequeño pueblo que se encuentra a unos pocos kilómetros de la ciudad capital del estado, Zacatecas. Este pueblo es conocido por su imponente Templo de Nuestra Señora de Aranzazú, que fue construido en el siglo XVIII y es considerado uno de los mejores ejemplos del barroco churrigueresco en México.
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La iglesia es impresionante, con una fachada decorada con esculturas y diseños intrincados. En el interior, el techo está decorado con pinturas al óleo que representan a la Virgen de Aranzazú y otros santos.
Si quieres saber más de este destino, aquí te lo contamos.
¿Por qué visitar Aranzazú?
Aranzazú en Zacatecas es un lugar de gran belleza y significado histórico y religioso, que atrae a visitantes de todo México y el mundo.
Hoy en día, Aranzazú tiene muy pocos habitantes, solo tres: el señor Zavala, el señor Núñez y el señor Ovalle, quienes a menudo no se encuentran en el lugar.
A pesar del abandono, aún se pueden apreciar las viviendas antiguas que conservan la pintura original y el diseño de construcción en las puertas de madera y ventanas. Los caminos también son los mismos de aquella época, hechos de calles empedradas.
El poblado de Aranzazú prosperó durante la época de auge minero, entre 1890 y 1930, cuando se pagaba a los mineros con monedas de oro y plata. Sin embargo, la falta de minerales y la recesión económica llevaron a la migración de muchos de sus habitantes, quienes buscaron el “sueño americano” en Estados Unidos o se mudaron a los poblados cercanos y nunca regresaron.
El deterioro de las casas también se debe a que algunas personas han llegado al lugar con la creencia errónea de que todavía hay minerales por explotar, lo que ha dañado parte del área. Sin embargo, aún se pueden ver algunas de las piletas que se construyeron en 1925, donde se traía agua a la región.
Las leyendas sobre Aranzazú
El panteón de este lugar muestra signos de abandono, con tumbas que datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, algunas de las cuales han sido abiertas por el implacable paso del tiempo. A pesar de esto, las ruinas de piedra y las cruces de metal aún protegen los cuerpos de los que descansan en su interior.
Al observar las lápidas y cruces de madera carcomidas, se puede ver claramente que la mortalidad infantil era alta en aquellos tiempos.
Además de la historia del lugar, las leyendas locales agregan un toque misterioso y sobrenatural. Los habitantes cuentan que en la punta del Cerro del Temeroso se avista un ovni que deja su marca en la vegetación.
Otra leyenda popular cuenta que, al caer la noche, se puede escuchar el sonido de caballos galopando y cadenas arrastrándose. Además, se dice que hay luces extrañas que aparecen en lugares desconocidos, creando un ambiente misterioso y emocionante para aquellos que visitan el lugar.